Recuerdo perfectamente la pimera vez que lo probé, fue en París, en la place les vosgues, marco incomparable e inolvidable (recuerdo con tanto cariño ese viaje para visitar a mi padrino que estaba trabajando allí una temporada…). Si de mí hubiera dependido, nunca lo habría probado, pero llevaba acompañante, que expresamente me había llevado a ese lugar, y me hizo probarlo, desde aquí gracias porque me encanta. Si bien no es un plato para tomar a menudo, yo que soy bastante carnívora, lo encuentro delicioso.
Con el paso del tiempo, lo he probado en muchos otros sitios (si viajáis a Valladolid os recomiendo el de La Tasquita, aunque tenga más bien poco de lo que se entiende por tartare, está para chuparse los dedos, nunca mejor dicho) y hasta he conseguido la receta, J lo ha preparado en casa alguna vez :9—
Hace unas semanas, nuestra profe de técnicas nos pidió que ilustrásemos una receta con acuarelas, y pensé en que ésta sería mi aportación.
En mi instagram compartí el work in progress
Y el martes al llegar a la Escuela tuve la grata sorpresa de encontrarme con esto ^^
Son estos pequeños detalles los que sacan sonrisas robadas.
Por cierto la tarjeta que aún conservo de mi primer tartare, por si vais por París y os animáis a probar 😉
Y tú, ¿lo has probado? ¿Te gusta?
Feliz miércoles 🙂