Cuando creías que…

     Están siendo días en los que sonreír se me hace muy difícil, y  eso hace que en parte no me sienta yo. Sé que es normal que mi sonrisa esté escondida, pero que sale de paseo con las cosas más inesperadas. london post copiaAsí, después de una mañana de esas aburridas de viajes (con buenas lecturas, todo sea dicho de paso) y colas para papeleos…, al llegar a casa una hora más tarde de lo previsto no he podido contener la risa al ver en medio de la acera de la abarrotada y concurrida calle, trozos de nuestro hortera buzón, con su dorado destacado por  el reflejo  del sol; cuatro módulos apoyados en el suelo, de repente un señor que lleva cuatro módulos en cada mano….. no entiendo nada…. entro en el portal y me encuentro al portero aspirando…. otro hombre mirando… (que no olvidemos nuestro costumbrismo más patrio)… y horror!!! si yo creía que no podían ser más horribles me equivocaba [no aprenderé a no decir imposible, y que la vida se empeñe en demostrarme entonces que es posible (¿será que el mundo me quiere y desea que amplíe mi imaginario cuando yo no soy capaz de imaginarlo?)], pues eso que no sé si reír o llorar, porque horrorosos es poco…., pero como estoy empeñada en verle el lado positivo a este mundo, pues estoy feliz porque ahora tenemos buzón con llave (aunque aún no la tenga aún en mi poder ) y ya que estamos el cambio también implica cambiar el cartelito por uno nuevo  🙂

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