En realidad no era domingo, era lunes, pero sí festivo, de esas mañanas en las que te sientas al sol a disfrutar de una lectura apacible, me encantan esos momentos, el los que no existe nada a tu alrededor, el sol en tu cara –____________– y la lectura en tus manos…
El desconocido lector estaba a los pies del obelisco de la Piazza del Popolo, absorto…
Feliz miércoles 🙂
Un comentario en «Lectura apacible de una mañana de domingo»