Curtiendome… Hoy comparto contigo una experiencia no del todo agradable en este camino ilustrado.
Había leído experiencias de otros ilustradores y, hasta que no he tropezado con el escollo no he aprendido. Todas esas experiencias que había escuchado, siempre hacían referencia a clientes más o menos grandes, nunca imaginé que esto entre compañeros también pasa. Me entristece, así que quiero compartir mi experiencia por si te sirve para evitar o hacer más llevadero algún incómodo y desagradable tropezón -por aquello del mal de muchos…-.
El encargo desde el principio fue difuso. El grupo argentino LPR necesitaba la gráfica de su segundo trabajo. La chica que les iba a hacer la gráfica me pidió ayuda, y yo compartí una jornada de dibujo: pruebas, ideas… Volví a casa y en esos días me quedé con el run-run de lo que habíamos hablado, aquí me topé con esta ilustración de Emiliano Ponzi, los dibujos de Chillida y el plano que hay indicando los restos de la muralla de Madrid hallados en la construcción de la estación de cercanías de Sol, todo ello se mezcló en mi cabeza y mis manos se pusieron a trabajar, y envié este dibujo. Ella se lo envió al grupo y les encantó.
Entonces llegó la propuesta formal, queremos que tú nos hagas las ilustraciones para el disco. ¡Genial! No podemos pagarte, sólo podemos ofrecerte poner en todo lo que publiquemos y promocionemos que las hiciste tú. Vale, he escuchado mil veces eso de no trabajes gratis, pero el proyecto me atraía y consideré que podía aprender mucho en el proceso, y al fin y al cabo que alguien de Argentina, tan lejos de mi mesa de trabajo vea mis ilustraciones y sepa que existo no está nada mal… Hablamos y quedamos en que dibujaría animales. Yo, por acotar el proyecto pensé que era mejor quedarse únicamente con animales argentinos, y para seguir con lo local, utilizar telares mapuches para las texturas. Hasta ahí todo parecía marchar bien.
Llegó el primer escollo ¿cuántos hago? Cuantos más mejor…. Pedí que me diera un número aproximado, y como no se hizo decidí acabar con los animales de la lista que le había mostrado. Llegó el día de la entrega y a ella le gustaron mucho, alguno lo descartamos porque no me convencía, pero estaba bastante satisfecha con el resultado.
Lo que siguió a esos días se tornó bastante surrealista.
Esa misma noche de la entrega me dijo «Les mostré los dibujos y les gustaron mucho, genial Ana tranquila el trabajo está estupendo» (una buena noticia de postre para la cena que estaba disfrutando en ese intante, qué emoción!)
Doce horas más tarde, «Ana lo siento no es lo que buscábamos, no van a utilizar ninguna de las ilustraciones» (sentí una patada en el estómago, y en el corazón. Sentí que mi trabajo no estaba siendo valorado, es más estaba siendo pisoteado. Respiré profundo, y seguí con otro proyecto diferente, en buena compañía, para evitar darle mucha importancia, al final a todo el mundo le rechazan trabajos. Yo estaba satisfecha con mi trabajo y si no había una crítica coherente y sólida a la que agrarrarse para mejorar, no merecía la pena darle más vueltas).
Al día siguiente, que sí, que sí que nos quedamos con el gorila, ve pensando qué hacer para el banner y me vectorizas el gorila que es lo que vamos a utilizar y a mi me queda mal… Después de haber invertido un buen número de horas, ya que se iba a utilizar lo vectoricé y puesto que las decisiones, desde mi punto punto de vista, variaban entre extremos opuestos en cuestión de horas, decidí dar por zanjado el proyecto y seguir con otros trabajos.
Ya no sentía subidón porque usaran mi trabajo. Sí, me alegraba y me hacía ilusión que mis ilustraciones formaran parte de un proyecto al otro lado del Atlántico, y que gustaran, pero no quiero que la valoración de mi trabajo cambie con tanta rapidez, sin una justificación que respalde, con un mínimo de coherencia, un rechazo o una aprobación. Sé que es un símil que se pone muchas veces, pero no me imagino yo que llame al pintor a ver quiero que me pinte la casa, uy hoy me encanta, mañana no, pasado me quedo sólo con esta pared… el resto seguro que lo puedes reutilizar para algo, ahora ….
Pasados unos días envié un mensaje, para saber qué tal había ido todo y si necesitaba ayuda con alguna parte del diseño …Silencio….
Pasaron los días, más de una semana y a estas alturas, yo suponía cerrado el trabajo, con mi gorila como portada, incluso había recibido una prueba, supuestamente definitiva de la portada.
Perfecto, fin del proyecto, aprender de las dificultades a otras cosas, que mi cabeza no puede parar y las horas del día se me quedan escasas.
Pasaron dos semanas y media, y continuaba…
…el silencio….
… hace unos días, por azar me encuentro en Facebook que esta persona invita en su muro a dar «like» en la portada del segundo disco de LPR. Mis ojos como platos al ver, que no había ni rastro del gorila ni nada que se le parezca… ni remotamente… no entendía nada. Considero que como persona merecía una explicación, no ha llegado.
Siento dolor, por el trato recibido, yo no puedo hacer mucho más que mostrar mi trabajo y compartir la experiencia, porque creo que cuando trabajas con personas, qué menos que decir no ha encajado. Mi trabajo no tiene que gustar a todo el mundo, pero si yo trabajo, hago un esfuerzo y te hago un favor, espero recibir a cambio al menos noticias, no enterarme de casualidad y de manera completamente casual y anónima con que se han descartado las ilustraciones supuestamente después de tener la portada definitiva… sólo pedía palabras…
Como nada es perfectamente malo ni bueno, sé que he aprendido mucho con todo esto, y estos son mis consejos:
- Necesitas tener un breif claro desde el principio.
- Necesitas saber cuáles serán los límites del proyecto desde el principio.
- Hacer un trabajo que te guste es un buen clavo al que agarrarse cuando te llevas estas decepciones.
- Ser pagado por tu trabajo de manera justa, es una manera muy efetiva de que éste sea valorarlo.
- Soplar las raspaduras de tus rodillas, levantar la cabeza y embarcarte en nuevos proyectos… Trabajar en cosas diferentes es una de las mejores curas para las heridas del camino.
- Salir de tu zona de confort, merece la pena, aunque el proyecto no llegue al puerto que te gustaría, embarcarse enriquece mucho, y eso a la larga forma parte de tu experiencia y eso siempre suma.
Gracias por haber llegado hasta aquí. Me encataría por favor que compartas tu experiencia, seguro que no soy la primera ni la última en enfrentarme a estas cosas. ¿Qué te ha pasado a tí? ¿Cómo es tu historia? ¿Cuáles son tus recomendaciones?
pd: muchos trabajos se quedan en proyecto de y algunos acaban en buenas manos
pd2: hoy comienza The InkTober Initiative de Mr Jake Parker, así que durante este mes las cosas por aquí serán monotemáticas 😉
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