Al principio el reto parecía fácil, ahora me está costando más. La semana pasada llegó la octava edición de Ilustratour, y dentro de las actividades gratuitas hubo dos encuentros en el Instituto Italiano de Cultura (uno de esos edificos madrileños de los visitar su interior no me defrauda). Al conocer el patio imaginé en él, desayunos de fin de semana, de esos que se alargan con una buena lectura 🙂
Del primer día me encantó la idea del «portfoliómetro» y esta ilustración de Emiliano Ponzi (y del segundo con su estilo y su manera de pensar traducida en imágenes)
Mis primeros personajes viajaron en tren, continuarion en salón esperando que comenzaran las ponencias… y terminaron saliendo de mi imaginación.
Como el aparato (para la traducción simultánea) que nos dejaron para seguir la ponencia (el segundo día no me funcionó y se entendía bien). Nunca me habían un aparatejo tan incómodo (hasta ahora había probado esos en los que puedes poner tus propios auriculares), el aparatejo en cuestión era más parecido a un puerto interestelar que a un receptor de traductor instantánea.
Tener gente más o menos quietita frente a ti es un lujo para hacer mano
y desde que leí a Mr Buzan (gracias a la jornada de visual thinking), mis apuntes no han vuelto a ser lo mismo.
Si te perdiste las ponencias, puedes seguir los consejos de supervivencia aquí. Y seguir la pista del MiMaster Illustrazione aquí.
Gracias a todas las personas que hicieron posible, y espero que el año que viene pueda disfrutar más Ilustratour.
Y gracias también a esas cañas de después ;))
pd: El #draowoutside challenge es un reto de dibujo idedado por Frannerd. Puedes ver mis participaciones aquí 01, 02, 03, 04, 05, 06