Me sorprende cómo mutan los proyectos. Me fascina ese momento en el que casi puedes escuchar el click, y lo que parecía un revoltijo, empieza a tener sentido para ti. Así me sucedió con Crespones para el recuerdo.
Cuando este proyecto llegó a mi bandeja de entrada, me pedían un crespón, flores y un sol… esos eran los requisitos de la portada según el briefing. El autor lo tenía clarísimo. Y con esas premisas me puse a dar vueltas a la cabeza mientras maquetaba el interior…
Me sorprende cómo mi cerebro necesita esos tiempos de mantenerse ocupado en otra cosa, trabajando en un segundo plano, hasta que sucede la magia, ve la luz…
Reposo y trabajo… Seguí trabajando con el texto.
Hasta que una mañana amanecí con una idea. En los momentos que representaban la obra, necesitas contacto humano, ese abrazo que te dan los que se quedan y que te calma y reconforta, por eso creí que la portada debía reflejar esto…
Ha sido un placer trabajar una vez más con el apoyo y soporte de Andrea. Es exigente, para que el trabajo quede lo más impecable posible, pero con ella todo fluye y trabajar es una delicia y un aprendizaje continuo. Gracias por tu confianza, espero que el tiempo nos traiga muchos proyectos juntas 😉
Y así es como poco a poco, pasito a pasito construimos Crespones para el recuerdo, un libro de poemas dedicado a personas que fueron muy especiales para Anacleto y que ya no están.
Por lo que he podido saber, el libro le ha gustado mucho al autor, y eso es una alegría :))
También quiero darte las gracias a ti que me lees cada semana apoyándome a través de la pantalla.
¡Feliz semana!
pd: ver impreso mi trabajo es una sensación indescriptible!