Tras la colisión, llegó la fase de reconocimiento y tras ella llegó el encargo: quiero una ilustración original personalizada.
Y mi cerebro y mi lápiz comenzaron a maquinar. Cinta es muy especial. Un torrente de amor, detalle y energía a partes iguales.
Hubo muchos bocetos de ideas fallidas por no terminar de encajar… hasta que un día recordé una conversación con Gustavo que la definía como «Cinta siempre llega derrapando con la moto«.
Y esa descripción me encajó, porque ella es así. Va a todos lados con calma y derrapando. En su moto, que domina hasta el punto de ser ya una extensión de ella misma.
Llevarla al papel va mucho más allá de lo literal de una persona que se suele mover en moto, su estuche identificativo del taller…, el amor que le pone a todo el mundo, los helados que viajan en moto, su casco, sus zapatillas y su mochila que ya es una extensión de su cuerpo.
Lo mejor de todo es lo mucho que le ha gustado su acuarela. Estoy deseando ver una foto de la ilustración en su nuevo hogar.
¿Qué haces cuando hasta que las piezas del proyecto encajan?
pd: más regalos personalizados y a medida 🙂