Ayer bromeaba con que cuando estás en el límite, y sabes que vas a cenar sushi tenía la sensación de que era muy difícil arruinarme el día…
…y así fue, la velada no defraudó, todo lo contrario, el plan desde sus inicios iba sorprendiéndome muy muy gratamente a cada instante, desde el
– ¿haces algo mañana por la noche?
– mmm ¿proyectos? –una que no aprende…-
– ¿te puedo secuestrar un par de horitas a las diez para celebrar mi cumpleaños con sushi?
-mmm ¡Claro! 😀
foto http://www.sopamiso.es/
La compañía inmejorable, los demás comensales divertidos, y dispares, la comida exquisita, y un paseo por las calles de Madrid para volver a casa, tranquilamente disfrutando del paseo, la compañía, la ciudad, y los comentarios de la gente que nunca dejará de sorprenderme:
> A que sí, tía, a que todas las calles de Madrid son iguales?
> Sí todas
Os podéis imaginar nuestras caras, porque digo yo que hay una diferencia entre calle peatonal (hacia la que se dirigían) calle de dos carriles con aceras anchas (en la que estaban) y Gran Vía (de la que venían) ahora donde está la semejanza nu sep, ¿se os ocurre alguna?