Recuerdo el 2014 por la cantidad de cambios que se fueron precipitando, especialmente desde el soñado 6 de mayo, y como toda esa reacción en cadena me llevó a subirme a un avión rumbo sur. Con el alfabestiario en proceso y el lápiz afilado desde el asiento 17D.
Las cosas no siempre, casi nunca salen como las planeas, y eso me hace sentir aún mariposillas el estómago. Desde entonces cambios de dirección, con el timón en mis manos…, para no perder el rumbo
Viva el rumbo!
Violette hay días que me hacen replantearme el rumbo